MÓDULO 5: Feminismo, activismo y educación.

¿De qué hablamos?
Yo, ¿qué pienso sobre esto?
Ver para creer
Y ahora ¿qué hacemos?

Para saber aún más

El feminismo es un movimiento social y político que lleva siglos existiendo, desde la llamada primera ola (en el siglo XVIII), hasta la cuarta ola (en la actualidad); gracias al cual se han conseguido multitud de derechos para las mujeres (derecho a la educación, al trabajo, al sufragio activo, derechos sexuales, etc.).

El feminismo no busca una guerra entre las mujeres y los hombres, ni pretender tachar de malvado al género masculino. Todo lo contrario, el feminismo busca la igualdad en derechos y oportunidades entre todas las personas. Y para conseguir este fin, se pretende acabar con el patriarcado.

Cuando hablamos de patriarcado nos referimos a un modelo de sociedad desigual en la cual los hombres son más valorados, ostentan más poder y tienen más privilegios que las mujeres, que se encuentran subordinadas. Quizá estás pensando que, en nuestro país, por ejemplo, este sistema ya no está vigente. Y es cierto que en el plano formal y legislativo hemos alcanzado una gran igualdad; pero, lamentablemente, ésta no se refleja de la misma manera en la cotidianidad.

A nivel teórico, esto se conoce como los dos “modelos” del patriarcado: “patriarcado duro o de coerción” y “patriarcado blando o de consentimiento”. El primero, se refiere a sociedades que mantienen de forma muy rígida y diferenciada lo que deben hacer los hombres y las mujeres, siendo éstas legalmente inferiores (por ejemplo, obligándolas a ser madres en situaciones en las que no lo desean). Ciertas sociedades hemos superado este modelo, pero continúa un «>“patriarcado de consentimiento”. En este caso, hay legislación formalmente igualitaria, pero se siguen reproduciendo roles de género diferenciados, de forma supuestamente voluntaria, representando la feminidad y masculinidad tradicional (por ejemplo, suponiendo que todas las mujeres desean ser madres). Y, aunque cada vez en menor medida, cuando no cumples con esos estándares, comienza la presión social.

En la actual sociedad polarizada, frente al auge de movimientos feministas, también crece el posmachismo y el antifeminismo, que sostienen argumentos erróneos como que “el feminismo está en contra de los hombres”, “te pueden acusar de violación en cualquier momento” o “las mujeres quieren tener más poder que los hombres”. Esto es totalmente falso y necesita ser cuestionado. Esta reacción es señal de que se están dando cambios evidentes hacia una sociedad más justa; y esto no gusta a quien no le interesa.

Algunas clasificaciones de los distintos feminismos o de las distintas manifestaciones del feminismo son:

  • el feminismo socialista,
  • el cultural
  • el radical
  • ecofeminismo
  • feminismos negros
  • transfeminismo
  • postfeminismo, etc.

Todas tienen en común que realizan una crítica a la desigualdad de poder de las mujeres frente a los varones y proclaman la promoción de los derechos de las mujeres.

Vivimos en una sociedad patriarcal, que trata de oprimir a las mujeres.

Los movimientos feministas pretenden: acabar con los sistemas jerárquicos y los roles sexuales dominantes en los sistemas sociales, políticos y económicos de todo el mundo.

Tras muchos años de reivindicaciones feministas la mayoría de los estados democráticos han establecido la igualdad formal de derechos, pero la realidad social nos demuestra que queda un largo camino por recorrer para obtener una verdadera igualdad.

El feminismo ha contribuido al desarrollo de la democracia defendiendo la igualdad entre hombres y mujeres, proclamando la promoción de los derechos.

El feminismo pretende crear un mundo en el que la sororidad,
la solidaridad entre las mujeres, sea cada vez mayor.

Es necesario promover una educación feminista, que fomente
otros modelos de relación equitativa y fomente una ciudadanía empoderada y transformadora.

Irene Martínez Martín señala que “no existe una educación neutra, ya que todo proyecto educativo asume una serie de valores, se dirige hacia una determinada intencionalidad y se define por unos objetivos y acciones concretas”.

Si aceptamos que vivimos en una sociedad machista, podemos asumir que la educación también está impregnada por estas desigualdades. Así que la pregunta es,

¿reproducimos o transformamos la educación machista?

Es interesante reflexionar sobre cómo despatriarcalizar la educación. Algunas preguntas para el debate, son:

¿De qué hablamos?
Yo, ¿qué pienso sobre esto?
Ver para creer
Y ahora ¿qué hacemos?

Para saber aún más